Nos vamos al mundial

Que quede clara la ausencia de signos de admiración. Sí, nos vamos al mundial. Le dejo los festejos alocados a países cuyo arduo trabajo ha visto frutos como Honduras. Le dejo los festejos eufóricos a selecciones que vivirán por primera vez esta experiencia como Eslovaquia. Le dejo los festejos bien merecidos a los grandes que terminaron con paso perfecto en la península ibérica. Le dejo los festejos indignantes, mediocres e insultantes a pobres diablos drogadictos como Diego Armando Maradona. Le dejo su mérito al merecido primer lugar de la zona, EE.UU.

Para México me reservo el festejo para cuando lo amerite, y si a caso lo amerita. No dejo de felicitar a un Javier Aguirre que ha demostrado ser el mejor técnico que podría pedir el país para el banquillo tricolor. Estoy feliz, más no eufórico. Me da gusto pensar en volverme loco viendo un mundial más con el interés de la presencia mexicana en junio del próximo año. Me quedan aún muchos meses para criticar la forma en la que vea que evoluciona la selección. Por hoy sólo basta decir que estoy satisfecho por el pase, pero me hubiera gustado no sufrirla tanto desde hace año y medio. No es posible que la selección mexicana tenga que sufrir en un área tan limitada (por no usar un término más despectivo) como la CONCACAF. Y más aún me molesta que hayan terminado echando a perder una clara oportunidad de salir primeros en el hexagonal por ligeros y hu+v*nes.

Mención especial al 'Cuau'. Como dijo Aguirre, "aunque sea un pedote, ese es mi Cuau". Acepto haber aplaudido la decisión de LaVolpe de no llevarlo en 2002. Lo merecía. Pero más aún merece hoy que un antiamericanista como yo se quite el sombrero y le reconozca que es el líder en la cancha que necesitaba el equipo verde.

Nos vemos en sudáfrica