Monday, April 05, 2010

24

El pasado sábado, como algunos de ustedes estimables (no necesariamente estimados) lectores sabrán, marcó mi 24° cumpleaños. La verdad no fue otra cosa sino un día más que resultó caer en 3 de abril de nuestro defectuoso calendario romano. 

No hubo crisis ni mayor aspaviento. No hubo sensaciones nuevas ni más pelo en ningún lado. No hubo pastel ni piñata. De hecho no hubo ni festejo porque mi familia tuvo a bien estar fuera de la ciudad casi en su totalidad, excepto por mi hermano... sí, sí, ese del rincón no poético. Ni siquiera recibí la acostumbrada carretada de felicitaciones telefónicas porque tuve a bien regalar mi celular (o permitir un robo pasivo, que es lo mismo pero dicho más bonito) en una hermosa playa Guerrerense. Esa y otras anécdotas de mi más reciente viaje a Michigan, Guerrero las relataré en otra ocasión.

Hubo FIFA10 para estrenar una pantalla LCD de 40" que adorna mi sala desde hace una semana. Hubo amigos, pareja, detalles, un paseo por Coyoacán. Hubo chilaquiles de comer. Hubo cama y descanso. No necesitaba más.

Hablar de lo que pienso de mí a mis mozos 24 años, o empezar una discusión filosófica sobre mi vida a estas alturas me parece innecesario. Ya habrán muchos cumpleaños más para ponernos melancólicos y emocionales. Por ahora disfruto lo que hay, espero lo que venga, y apreció lo que fue. Así las cosas. Seguimos jugando a vivir (Sabias palabras de Sabines).

1 comment:

Anonymous said...

pos felicidades macario. me da gusto que estés en la onda :)
felicidades.
diego