Clásico, clásico, clasiquísimo.

No estimado lector no me refiero al partido que tuvo lugar en el estadio azteca... me refiero a otro tipo de clásicos:

Clásico... pumas empiza ganando y jugando bien un partido.
Clásico... meten un gol y relajan su juego.
Clásico... todo pinta de maravilla... arriba en el marcador y hasta con un hombre más.
Clásico... les empatan en una jugada sorpresiva.
Clásico... les remontan en una jugada ESTÚPIDA.
Clásico... Marioni agarra sus actitudes de niño chiquito.
Clásico... lo amonestan.
Clásico... el arbitro quiere sacar una nota en el reforma y expulsa a Marioni en un reclamo mucho menos airado que la mayoría.
Clásico... Se acaba el partido y un equipucho nos pasó otra vez por encima.
Clásico... La gente de TV Azteca despotrica contra las actitudes de Hugo Sánchez.

Pero el clasiquísimo de la semana, debo aceptar que se lo llevaron las Chivas y el América, en un partido que ya extrañaban todos los que, casi como tradición, idolatran este encuentro. Por fin ambos equipos demostraron que el clásico no sólo se trata de excesos de publicidad y declaraciones innecesarias.

La próxima semana se viene un clásico no reconocido, que entre gran parte de la nueva generación de americanistas levanta hasta más pasiones que aquel contra Chivas... Se viene un Pumas - América que promete ser un buen partido, y en el que los Pumas se van a jugar la vida en este torneo. En Sinaloa fue muy claro que la ausencia de Hugo Sánchez pesó en la mediocre mentalidad de un equipo que murió de nada. Eso no es pretexto, con o sin Hugo en el banquillo los jugadores deberían tener la cabeza y el corazón en cada minuto del encuentro. El domingo será diferente. Confió en que baste el golpe bajo que recibieron en Sinaloa y la presencia de Hugo en el banco para que los Pumas no dejen morir la esperanza del tricampeonato en su estadio y contra su más odiado rival.

El Mac esta enfurecido con los Pumas, pero espera con ansias una reconciliación en C.U. frente a los cremas amargos.