Wednesday, June 09, 2010

Es tiempo de ¿Mundial?

En poco menos de 48 horas se inaugura el primer Mundial realizado en tierras africanas. Sobra que les diga que México será el responsable de jugar el primer partido ante los anfitriones; eso seguramente ya todos lo saben. De eso es de lo que todos hablamos últimamente. Eso alimenta el facebook, el twitter, el periódico, el noticiero, el desayuno, la comida y la cena.

Pero pocos hablan del niño que ayer fue brutalmente asesinado por agentes fronterizos estadounidenses EN CIUDAD JUÁREZ, así es, del lado mexicano de la frontera. Un niño de apenas 14 años, sin armas, que no representaba mayor amenaza fue asesinado como una presa de caza. Sólo días antes el migrante mexicano Anastacio Hernández era golpeado hasta la muerte por más de 20 agentes fronterizos mientras rogaba clemencia. ¿Quieren saber cómo suena eso? un hombre indefenso gritando mientras otros 20 lo matan a golpes. Si no les parece no le pongan play, pero si aún no se sienten asqueados por lo que está pasando en Estados Unidos ponganle play. Estos gritos movieron mucho más que simple morbo en mí.


Desde el anuncio de la ley SB1070 en Arizona se han alzado voces contra el maltrato y las graves faltas a los derechos humanos de los migrantes. No parece ser suficiente. Cruzando la frontera norte de México todo ser humano no caucásico baja varios niveles evolutivos hasta ser una especie dispensable y que puede ser maltratada sin repercusión. De este lado de la frontera nos indignamos, pero no hacemos nada. No digo que yo tenga la respuesta, que yo sepa que es o que hay que hacer o que seamos correponsables por omisión. Pero sí somos corresponsables si ni siquiera somos capaces de emitir juicios, de informarnos, de criticar.

¡¡¡Ya basta!!! en México primero hablamos de un twitt de Paulina Rubio, o de cualquier banalidad vendida por televisa o la nueva revistita que apendeja adolescentes. No mis estimados lectores, no es tiempo de mundial. Por lo menos no es ni remotamente el asunto más importante para nuestro país. Yo no quiero un México campeón del mundo. Yo quiero un México que muestre dignidad ante el mundo. Quiero un México enfurecido, como estoy yo, por lo que está pasando en Estados Unidos. Si viene el campeonato del mundo o, lo que es más realista, unas cuantas alegrías futboleras, festejaré sin duda. Pero ese festejo acabará, y la dignidad de mi país seguirá siendo arrastrada por las calles de San Diego, en las ciudades de Arizona, y en los pasos fronterizos.

Te invito a dejar comentarios, a compartir ideas y a discutir por este, y por todos los medios que puedas, este asunto indignante. Hay que dejar bien claras las cosas que están mal. Y, por supuesto, siempre que puedas hacer todo lo posible, y lo imposible, por que cambien.

1 comment:

Quike F. Anaya said...

De acuerdo con tu entrada, muy buena por cierto.
Aunque sólo añadiría algo más. Si bien hay que mostrar dignidad hacia afuera, el problema de este país es MUCHO más profundo.
¿Cómo explicar la muerte de 49 bebés sin que nadie se haga responsable? ¿Cómo explicar el que nos hayamos acostumbrado de tanta noticia de muerte como si fuera ya algo cotidiano? ¿Cómo explicar (peor aún) que un mexicano pueda matar a sus propios hijos? ¿Cómo explicar que todo un sistema, mexicano también, vivía de vender bebés (previamente comentando a sus padres que los niños habían muerto)?
Si bien hay muchos males fuera de estas fronteras, el mal MAYOR es interno. Porque si este país se hubiese puesto a trabajar por el verdadero interés de los "paisanos", en primer lugar se pondría a luchar porque ellos no tuvieran que huir del país que tanto aman.
El mal de este país es profundo y nos carcome desde la fundación misma de esta nación, que hoy presume celebrar 200 años de independencia (fail, serán 189 de ésta).
Hay que alzar la voz, pero más que nada, hay que cambiar en nuestros pequeños círculos y hacer que ese cambio provenga desde adentro; porque si ignoramos ese hecho, la "Patria" seguirá a la deriva...
¡Un abrazo!